Seguramente hayáis oído hablar de este impuesto en
muchas ocasiones pero ¿qué es en realidad? Técnicamente se trata de una Tasa de
Transacciones Financieras, aunque se le conoce también por Tasa Tobin porque
fue propuesta por este economista en los años ’60.
El objetivo de esta tasa no es otro que el de
frenar la especulación. Consiste en cobrar por cada transacción financiera un
porcentaje de entre el 0.05% y el 0,1% sobre el total de la operación. De este
modo los movimientos de los inversores no serían tan bruscos ni tan rápidos. Se
pretende así sesgar las inversiones hacia unos objetivos de medio plazo en
lugar del puramente especulador cortoplacista.
No obstante nos encontramos con uno de los efectos
colaterales no deseados. Dificultar la rapidez en las operaciones mermaría las
posibilidades de arbitraje en el mercado, que son precisamente las que aseguran
la eficiencia de los mercados financieros. Por ello calibrar el porcentaje
exacto de esta tasa es crucial, ni demasiado alto para obstaculizar la
eficiencia, ni demasiado bajo para no ser útil en el freno de la especulación.
El otro lado de la moneda de dicho impuesto sería
el recaudatorio, muy oportuno en esta situación de crisis de deuda que abruma a
Europa. Hay que tener en cuenta que La Unión Europea tiene un presupuesto muy pequeño en
comparación con su tamaño, un 1,24% del PIB de toda la UE frente al 40% de la media de
los presupuestos nacionales. A esto habría que añadir que su autonomía
financiera está bastante limitada. Sus principales fuentes de ingresos son
-
La aportación de los estados miembro en función de
su PIB
-
El 0,3% de lo recaudado por el IVA en cada estado
miembro
El problema es que se trata de recursos
procíclicos (sujetos al ciclo económico vigente) que hacen que la aportación en
tiempos de crisis sea menor, precisamente el momento en el que más necesitaría
Europa disponer de recursos económicos. Así pues la
Tasa Tobin mataría dos pájaros de un tiro
por un lado frenaría la especulación y dotaría a la UE de un impuesto propio lo que
reforzaría su autonomía financiera.
Pero entonces ¿Por qué existe tanto debate
alrededor de dicha tasa? Simplemente por lo utópico de su pretensión, de ahí la
expresión de Robin Hood “robar a los
ricos (inversores) para dárselo a los
pobres” en teoría suena bien. El problema viene a la hora de implementarlo.
Soy bastante escéptica acerca del resultado de su implantación en Europa. En un
mercado globalizado y totalmente integrado como es el financiero la implantación
de un impuesto de estas características lo único que haría sería desplazar las
operaciones financieras hacia otros países donde no tengan que soportar dicha
carga.
Creo que la Tasa
Tobin es una buena idea en el papel y podría traer efectos
positivos a nivel global (menos especulación y más recaudación para financiar
el cambio climático por ejemplo o los Objetivos del Milenio 2015) pero la única
forma de que funcione es mediante una coordinación a nivel global. Su
implantación parcial únicamente cambiaría la dirección de los flujos de los
inversores hacia otros países como por ejemplo hacia Inglaterra.
Hello there!
ResponderEliminarMe parece genial la idea de empezar un blog, yo también hice uno en su día que ahora mismo está abandonadisimo, pero bueno... ¿Puedo darte un par de sugerencias constructivas? La primera es que pongas links (wikipedia, UE,...), siempre ayudan a ampliar o contextualizar lo que escribes, además de resaltar el valor añadido del blog en sí. La segunda es que te hagas una cuenta de twitter y vayas avisando por ahí de cuando hay entrada nueva; así la gente se entera al momento.
Para terminar y en referencia a la tasa Tobin propiamente dicha, y visto que no se podrá coordinar una aplicación global (puesto que siempre habrá alguien que salga ganando del hecho de no apuntarse), ¿merece la pena aplicar esta medida en la UE, aunque sea sin UK, y pese a los efectos negativos?
un beso!
Hola.
ResponderEliminarMe parece muy buena la explicación de la Tasa Tobin, aunque no estoy de acuerdo con tus conclusiones. Creo que se te escapa explicar quién pagará finalmente la tasa. La tendencia natural en cualquier mercado es repercutir los costes al siguiente, dicho vulgarmente. Es decir, al final siempre es el comprador, o cliente final en el caso de los bancos los que pagan los costes. Ya se pudo apreciar el mismo caso en las bolsas de plástico de los supermercados. Ahora, cada vez que compramos algo en un supermercado, si queremos bolsa, tenemos que pagarla y, en mucho casos, de peor calidad que antaño.
Y en lo que respecta a los especuladores, lo que hacen es demostrar donde o cual es una inversión atractiva y cual o dónde no es atractivo invertir.
Por lo demás, ánimo con el blog.
Hola Eduardo, si lo que dices es cierto. El típico ejemplo se da con las subidas del IVA, directamente repercutidas al consumidor final. Sin embargo la peculiaridad de la tasa tobin es que se repercutirá en función de la frecuencia de las transacciones que haga un inversor. Un inversor de a pie (compra de unas acciones por ejemplo) que tiene una visión más a medio plazo pagará la tasa una sola vez. El especulador tendrá que pagarla el nº de veces que realice transacciones de compra venta para aprovecharse de los diferenciales de rentabilidad
ResponderEliminarGracias por la aclaración. No obstante, no termino de estar seguro de su idoneidad. No por su posible objetivo (frenar la especulación) como por la repercusión final en el consumidor. Si es una entidad bancaria quien realiza la inversión, vease cualquier banco que opere en un mercado bursatil ¿también tiene que pagar dicha tasa? Si la respuesta es afirmativa ¿cómo sabemos que no repercutirá dicho coste sobre los clientes?
ResponderEliminarMi "miedo" está en que exista siempre la posibilidad de ser repercutida y que la pague el más débil de la cadena, el ciudadano de a pie.
Los malvados especuladores hacen su labor, al menos en este artículo Juan Ramón Rallo da una interesante explicación.
ResponderEliminarLa tasa Tobin podría tener sus efectos positivos, pero se quiera imponer para que los estados recauden más. Y la acabaremos pagando los curritos, como todo. Como leí una vez, es tonto pensar que si se pone un impuesto a las vacas, serán ellas quienes lo paguen. Creo que no se llegará a imponer.
Por otro lado, si el cambio climático me ofrece dudas, no digamos los Objetivos del MILENIO!!!!! Nada menos. No son capaces de prever una crisis que se venía encima, pero son tan ufanos como para fijar objetivos a muchos años vista y que involucran a toda la humanidad. La pretensión del conocimiento que dijo Hayek.