lunes, 30 de enero de 2012

EL TAMAÑO DEL ESTADO: SHRINKING OR INCREASING?

 
Esta crisis financiera ha puesto en jaque la supervivencia del Estado del Bienestar. Es cierto que para hacer frente al déficit y deuda que arrastramos deben hacerse recortes. Pero el quid para la recuperación y salida de la crisis está en saber qué ajustes hacer. La subida del IVA del gobierno de ZP y ahora la subida del IRPF del PP no parecen tener más que un fin meramente recaudatorio (necesario, eso es indiscutible) pero la verdadera cuestión está en ¿será útil este sacrificio de “apretarnos el cinturón” para poder crecer? Todas las previsiones tanto del FMI como del Banco de España parecen señalar lo contrario una bajada del 1,7% en 2012 y del 0,3% en 2013.

El problema de la crisis es doble, por un lado tenemos que pagar la deuda del dispendio pasado (de ahí la necesidad recaudatoria) pero además tenemos que crecer.  Si no recuperamos la senda de crecimiento, será muy difícil crear empleo. De nuevo las previsiones apuntan a que alcanzaremos cifras de hasta el 25% de paro. Por tanto debe subrayarse que tan importante es pagar como crecer. Las medidas que se están tomando se dirigen principalmente hacia el objetivo de poder cumplir la cifra de déficit impuesta por Bruselas, un 4,4%, sin embargo el resultado al que apuntan las mismas resulta cuanto menos inquietante:
-        Escepticismo acerca de que pueda alcanzarse dicho objetivo (el FMI estima que alcanzaremos el 6,8%
-          Un agravamiento de la recesión. A este efecto es a lo que los economistas llaman crisis en W (recesión + tímida recuperación + recaída). Estaríamos entrando en la fase de recaída.

Esta situación me hace pensar que el aumento de la presión fiscal no es lo que los políticos llaman recortes. Recortes serían medidas que atajasen el ineficiente tamaño del Estado o su ineficiente sistema de funcionamiento. Como dato ilustrativo: sólo en Galicia existen más ayuntamientos que en toda Inglaterra. Esta situación es del todo insostenible. Voy a poner un ejemplo para que se vea con mayor claridad lo que quiero transmitir. En la naturaleza existe algo muy curioso, muchos seres vivos crecen siguiendo la progresión aritmética de la proporción áurea. Esta serie numérica, también conocida como los números de Fibonacci (1, 1, 2, 3, 5…) encuentra una especie de equilibrio natural (ya sabéis que la naturaleza es muy sabia). Los círculos del caracol siguen esta proporción y su caparazón deja de crecer exactamente en el momento en el que una vuelta más sería tan grande y tan pesada que el beneficio del aumento de tamaño sería más pequeño que el desgaste que le supondría al animal mantener su nuevo tamaño. Pues bien, a mi parecer en España ya hemos dado esa vuelta. (Para los que seáis economistas, se trata simple y llanamente de un análisis marginalista coste = beneficio)

Es curioso porque realmente España no tiene un tamaño del Sector Público tan grande en comparación con otros países de la UE, como por ejemplo Francia. El problema que tenemos está a mi parecer en el solapamiento de funciones en los tres niveles de la Administración y en la gestión de los presupuestos. Tratar de reformar el sistema autonómico sería una cuestión sumamente delicada, pero un cambio factible, que permitiría hacer verdaderos recortes y que no sería difícil de implantar sería el cambio de sistema de los presupuestos generales. Pasar de un sistema de Presupuestos de Planificación por Programas (PPP), a un sistema de Presupuesto Base Cero (PBC). El sistema PBC ya fue incorporado por un Acuerdo del Consejo de Ministros en 1995 pero con un carácter complementario al sistema PPP y con un ámbito de aplicación limitada.
Para que entendáis la importancia del cambio de un sistema a otro, de manera muy simplificada podría decirse que la gran diferencia reside en la forma de realizar modificaciones presupuestarias de un año para otro. En el PPP se parte del tipo de presupuesto anterior y lo que se discute son aumentos o reducciones. En el PBC se parte de cero (de ahí su nombre) y se plantean las partidas de gasto necesarias para ese año. Este sistema es más flexible y permite una mayor capacidad de adaptación.


¿Qué opináis vosotros? ¿Habría que recortar el tamaño del Estado (que no prestaciones sociales) antes que aumentar la presión fiscal a una sociedad que sufre de más de un 20% de paro?


jueves, 26 de enero de 2012

TITULITIS? NO, GRACIAS


 
Con una tasa de paro como la actual 22,8% ¿Cuáles son las alternativas laborales para los futuros licenciados de 2012? Muchos de ellos os dirán: “Haré un master” Estoy totalmente a favor de un mayor conocimiento, eso siempre suma. El problema es que parece que ante la dificultad del acceso al mercado laboral los masters se han convertido en la llave de paso al mismo. Con esta idea es con la que discrepo por dos razones fundamentalmente:

-          La inequidad, para aquellos que no puedan costearse un master potente
-          La ineficiencia que entraña en ocasiones.

Antes de que alguien que esté leyendo este post se indigne, ¡dadme un poco de tiempo para seguir con mi argumentación! De acuerdo con el economista y Premio Nobel (2001) M. Spence para que una mayor formación sea rentable y se convierta en posibilidades de un mayor salario futuro debe cumplir dos cosas: que esta sea costosa (hablando en términos de esfuerzo, no pecuniarios) y que además sea más costosa para un peor trabajador que para el bueno.

La primera condición habla de la meritocracia y la segunda se refiere a la autoselección de los propios trabajadores. Por ejemplo: a una persona que se le den mal las matemáticas se autoselecciona decidiendo no estudiar una ingeniería. No porque no tenga capacidad para ello, sino porque si ya de por sí es una carrera difícil, a esa persona le costará mucho más esfuerzo y quizás más años sacarla. Lo más eficiente sería elegir la opción que mejor se adapta a su talento personal.

Por otro lado, más allá de la decisión personal del estudio, el problema real que existe en el mercado laboral es lo que se llama Información Asimétrica, estudiada por G. Akerlof, también Premio Nobel (2001). El empleador no sabe diferenciar entre un buen trabajador del malo. Por eso los títulos universitarios, de master, de idiomas, de cursos etc ejercen la importante labor de la señalización. Esta tarea es crucial para una buena asignación de recursos y que cada persona se dedique a lo que mejor sabe hacer. Pero si se desvirtúa nos encontramos con el paradójico problema de la sobrecualificación.

España es actualmente el país de la OCDE con la mayor tasa de sobrecualificación de empleados y esto si es un problema. Esta situación  crea frustración personal (el horrible ejemplo del barrendero licenciado) y es ineficiente porque si todos son licenciados al final este título no sirve para señalizar nada. Si el siguiente escalón es que todo el mundo tenga master nos encontraremos con el mismo problema. Al final llegaríamos al punto en el que tener un master ya no es que sume, sino que ¡resta el no tenerlo!

Pasaríamos entonces al escalón de la diferenciación entre masters y ahí es donde entra en juego la capacidad adquisitiva de cada uno (ya no cumplimos la primera condición de Spence: costoso en esfuerzo, ahora también lo es en dinero). Los masters con mejores conexiones con el mercado laboral son muy buenos y también muy caros. Evidentemente lo bueno se paga y normalmente hay correlación entre calidad y precio del master. Pero las empresas conocen este dilema ¿me estaré perdiendo buenos trabajadores porque no pueden costearse este master? y  por eso son ellas mismas las que se prestan en muchas ocasiones a costear el precio de estos súper masters. Con esto el primer problema de la inequidad quedaría resuelto. Las empresas tienen una visión de educación como inversión, pagar esa formación para sus trabajadores es rentable para ellas porque los convierte en más productivos. Además de esta forma también se terminaría con el problema de la sobrecualificación porque son las propias compañías las que dirigen a los trabajadores hacia las necesidades de formación que requieren y demandan las empresas.

Simplemente con cambiar el orden del estudio del master en lugar de hacerlo antes de trabajar, realizarlo mientras trabajamos, nos encontraríamos con una gestión de la educación mucho más racional.





martes, 24 de enero de 2012

AGENCIAS DE RATING, ANGEL OR EVIL?


 
Las Agencias de rating son aquellas que califican el grado de solvencia de los Activos de Renta Fija. Elaboran su calificación crediticia en base a información pública y privada ya que disponen de acceso privilegiado a la información de los emisores de deuda, y por ello en principio sus calificaciones deberían tener cierta reputación.

ANGEL?
Las Agencias de rating  Ejercen un papel fundamental de señalización en los mercados financieros. Cuanta más información más eficiente será en principio el mercado financiero porque mejor se asignarán los recursos. Por tanto, la idea es buena.

Las Agencias de rating emiten tres tipos de información:
-          Los Ratings: se trata de las calificaciones crediticias del grado de solvencia del emisor, la máxima puntuación crediticia sería AAA, y la mínima de D. Se presume emisión vulnerable a impago a partir de BB+
-          Las Perspectivas: cuando existe una modificación del perfil de riesgo del emisor pero no lo suficientemente fuerte como para implicar un cambio de rating se alerta a los mercados de un posible cambio en la calificación (es como un anuncio)
-          Las Revisiones y observaciones de crédito: señalan con mayor intensidad cambios que serán muy probables en el rating del emisor.

EVIL?
La función de calificación está monopolizada por las archiconocidas Moodys, Fitch y Standard & Poors. En este caso una estructura oligopolística se traduce en una menor independencia a la hora de calificar. Por ejemplo si Lehman Brothers (que mantuvo su máxima calificación hasta días antes de quebrar) se hubiera enfrentado a 15 Agencias de rating en lugar de a 3, probablemente alguna de ellas hubiera manifestado una discrepancia con su triple A. Con esto quiero decir que la “captación” de las Agencias de rating es más fácil cuanto menor sea el número de estas.

Esta apreciación  nos lleva al siguiente problema, el llamado conflicto de intereses. Las Agencias de rating surgieron a principios del siglo XX vinculadas a las empresas del sector ferroviario y han ido creciendo desde entonces. En un principio eran los propios inversores los que pagaban por dicha información pero con el tiempo la función de las Agencias de rating se ha ido desvirtuando hasta el punto de que en la actualidad más de dos tercios de sus ingresos vienen precisamente de los emisores de deuda que pagan por la calificación. Como todos podréis imaginar y tal y como reza el refrán, sería absurdo “morder la mano que te da de comer”, por ello las calificaciones en ocasiones difieren de la realidad.

Por último el gran problema de las Agencias de rating es que a pesar de que sus calificaciones poseen una grandísima influencia en los mercados financieros están exentas de responsabilidad civil por las calificaciones que realizan. El fundamento legal de dicha exención se resume  en que las Agencias de rating se acogen a la primera enmienda de la Constitución americana i.e. la libertad de expresión. Las Agencias de rating están dadas de alta como agencias periodísticas financieras y sus calificaciones no son más que “opiniones de experto”. Esta estratagema legal es una forma de evitar responsabilidades como las que tuvo que afrontar Arthur Andersen con el caso Enron

SOLUTION?
Es cierto que hasta ahora las Agencias de rating han tenido un cierto poder especulador al tener el monopolio de la otorgación de la calidad crediticia sin embargo en Basilea III su papel se reduce mucho. Pasan a un segundo plano y además se les exige responder de cada uno de los rating que otorgan. 

En otro post ya os hablaré de lo que son exactamente los acuerdos de Basilea.


lunes, 23 de enero de 2012

PRÓXIMA PARADA: REFORMA LABORAL (II)



Antes de nada me gustaría agradecer a todos aquellos que habéis hecho posible que con menos de una semana de vida este blog ya haya recibido más de 500 visitas en 13 países!


Por otra parte, retomando el tema de la reforma laboral, la segunda gran reforma tendría que versar sobre el nivel de negociación colectiva que hay en España. Existen tres niveles para la firma de Convenios Colectivos:
-    Centralizado: es el Estado quien lo determina
-    Descentralizado: el salario es negociado a nivel empresa
-    Sectorial: cada sector profesional negocia cuál debería ser su salario

En España rige la negociación colectiva a nivel sectorial, que es de entre todas la más ineficiente. Una negociación sectorial siempre presionará por subidas salariales, mientras que una a nivel empresa o estado internaliza las consecuencias negativas de dicha subida, que son inevitablemente los despidos.  Quizás en una negociación a nivel empresa los trabajadores admiten una congelación de sus sueldos para que todos puedan seguir manteniendo sus puestos de trabajo. En las negociaciones sectoriales, que abarcan un mismo campo profesional para muchas empresas esta percepción no está tan clara.

El resultado nefasto de dicho tipo de negociación es la rigidez salarial. Con esto no quiero decir que los salarios no tengan que crecer, ¡claro que deben hacerlo! La cuestión es ¿cuánto? y ¿cuándo deberían saber parar o incluso bajar?

Respecto a la primera pregunta, los salarios deben crecer en la misma proporción en la que lo haga la productividad del trabajador. En España sin embargo los salarios ganados no muestran mucha relación con las diferencias en productividad. El hecho de inflar los salarios y que estos crezcan más de lo que lo hace la productividad entraña dos problemas:
  1. Merma la competitividad de nuestras empresas porque los costes laborales unitarios son mayores. Una aclaración: los costes laborales unitarios NO son el sueldo que paga el empresario, sino que se trata de una tasa que refleja la diferencia entre el sueldo pagado y la productividad recibida del trabajador. Por eso si productividad y salario evolucionan a la par los costes laborales serán nulos.
  2. Distorsiona la asignación de recursos hacia actividades más rentables. Cuando los salarios no se perciben en función de la productividad ocurre que se envían señales distorsionadas al mercado de trabajo. De nuevo, con un ejemplo burdo y ficticio se percibe claramente dicha ineficiencia. Supongamos que siendo obrero de la construcción se perciben 2000€ al mes y siendo ingeniero 1500€. ¿Qué señal estamos enviando al mercado laboral? No estudiéis, construyendo se gana más. Cuando en España se refieren al agotamiento del modelo productivo de construcción y turismo quiere decir que hemos fallado en la labor de ir reasignando los recursos hacia otras actividades poco a poco antes de llegar al punto de agotamiento.

La segunda pregunta se refiere a la flexibilidad laboral, que no es más que permitir no sólo que los salarios suban sino que estos también puedan bajar cuando las circunstancias coyunturales así lo exijan. De este modo los ajustes se harán vía precios (salarios) y no vía cantidades (despidos) como ya explicamos en el post anterior.

La flexibilidad sólo se conseguirá modificando el nivel de la negociación colectiva. El primer paso para cambiar el statu quo vigente es la llamada cláusula de descuelgue efectiva, incluida en la ley de reforma laboral 35/2010 y reforzada en el Real Decreto Ley 7/2011. Esta cláusula permite que si existe un convenio colectivo a nivel empresa se dé prioridad a este en lugar de aplicar el convenio sectorial. Un primer paso, aunque no suficiente.

viernes, 20 de enero de 2012

PRÓXIMA PARADA: REFORMA LABORAL (I)

 
Tal y como dice el Sr. Rajoy  “nada es para siempre” y esperemos que así sea en lo que respecta a la legislación laboral vigente. ¿Por qué España alcanza cifras de 22,8% de paro como consecuencia de la crisis mientras que otros países en una situación similar como Italia, muestran cifras significativamente menores con un 8,6%?

La respuesta a este dispar resultado de las economías europeas frente al mismo tipo de shock la encontramos en la estructura laboral española. España tiene algunas deficiencias graves en la legislación laboral que impiden que el ajuste en tiempos de crisis se haga vía precios (a través de ajustes salariales) y por tanto deba realizarse vía cantidades (mediante despidos). A este tipo de mercados se les denomina rígidos, de ahí que se hable de la ansiada flexibilidad laboral, para evitar que nuestra tasa de desempleo en tiempos difíciles sea mucho más volátil que en el resto de países. Las debilidades de las que hablo son los siguientes:

-          La dualidad en el mercado de trabajo también conocida como “insiders outsiders”
-          La negociación sectorial

Debido a la extensión del tema optaré por tratarlo en dos partes. En este post hablaremos de las características del mercado de trabajo español y qué implica que sea un mercado dual. Y en el siguiente post trataré la negociación sectorial.

Para todos los que no sepan qué es exactamente la Dualidad Laboral lo explicaré con un símil bastante ilustrativo. Imaginad que en una ciudad sólo hay dos opciones muy drásticas para vivir, o a la intemperie (outsiders) en un hotel de 5* (insiders). Todos evidentemente lucharán por entrar en el hotel, pero éste es muy exclusivo y no dejarán entrar más que a unos pocos. Existe una puerta giratoria en la que se agolpan todos los que quieren entrar. La puerta va girando y como un goteo a veces consiguen entrar de uno en uno en el hotel (ninguno quiere salir). Se trata de un ejemplo pueril pero revelador, porque muestra la esencia de lo que es el mercado del trabajo español: la dualidad implica distinta cobertura social entre trabajadores y mucha insolidaridad porque una vez dentro los insiders no se preocupan de las necesidades de los outsiders y presionarán por subidas salariales antes que por el fomento de una mayor contratación.

La responsable de la consolidación de una estructura dual del mercado de trabajo en España fue la Reforma del Mercado de Trabajo del año 1984. De nuevo España estaba sumida en una crisis que no acababa de superar por diversas razones. Se juntaron los shocks petrolíferos de los ’70 junto con la delicada situación de transición a la democracia. Las cifras de paro de aquel entonces llegaron al 21,5% y en un intento de crear empleo como fuera se segmentó el mercado laboral dando lugar a los contratos temporales que desde ese momento coexistieron con los contratos indefinidos.

Los contratos temporales per se no son malos, pero si lo es el distinto grado de cobertura que ofrecen que hace que los costes de ajuste de despido para las empresas sea asimétrico: bajo para el asociado a contratos temporales y alto para los contratos indefinidos. Esto hace que en tiempos de crisis los empresarios prefieran despedir a aquellos trabajadores que son menos costosos, i.e. los otusiders; y el resultado sea que la tasa de paro crezca y crezca como ahora. En la crisis de principios de los ’90 el desempleo subió tan drásticamente que alcanzó su pico histórico con un 24%, parece que vamos camino de alcanzar la misma cifra.

En España tenemos el lastre de una legislación laboral deficiente que como ya ha demostrado en anteriores crisis no es eficaz ni resolutiva. Pero ¿por qué se ha revelado tan difícil de acometer desde un punto de vista político una  adecuada reforma laboral? El problema es que la consolidación de una estructura dual en España hace que haya una mayor resistencia por parte de los insiders a reducir su protección laboral y ésta se haga a expensas únicamente de los contratos temporales que pasan a absorber todos los ajustes cíclicos de la economía.

A esto deberíamos añadir el fenómeno de persistencia del desempleo, que en términos económicos es conocido como histéresis. Y es que si bien la destrucción de empleo se da en tiempos de crisis la gente que se queda en el paro durante un periodo “largo” de tiempo tiene mucho más difícil poder volver a acceder al mercado laboral aun mejorando la coyuntura económica. Para apoyar mi argumentación con números: La ley de Okun del mercado español estudiada por Viñals en el año ’96 concluye que para una caída del PIB del 1% el empleo caía en 1,5%, pero para una expansión del PIB del 1% el empleo aumentaba un 0,7%. Es decir en términos dinámicos la senda de desempleo diverge con el tiempo de su valor natural (se considera valor natural una cifra de paro mínima que únicamente refleje el paro friccional). En otros países como EEUU la senda es convergente y su tendencia es estable.

Estas cifras muestran que aunque salgamos de la crisis habrá gente que no volverá a reengancharse al mercado de trabajo. La destrucción de capital humano es la antítesis del crecimiento económico por lo que deberíamos frenar esta situación cuanto antes. En el año 2009 100 economistas firmaron un manifiesto con las claves para terminar con esta estructura laboral tan nociva. Sucintamente, para terminar con la dualidad no hay más que homogeneizar el coste de despido para todos, la instauración de un único contrato indefinido. Con un coste de despido menor que el actualmente vigente para los insiders y mayor que el que se da en los contratos temporales (outsiders).



jueves, 19 de enero de 2012

PROTECCIÓN INTELECTUAL… ¿HASTA DÓNDE?


La última iniciativa legislativa de EEUU la SOPA Stop Online Piracy Act (versión americana de la Ley Sinde) ha desencadenado como protesta la primera huelga online de la mano de Wikipedia. Este hecho me ha recordado la visión de un gran economista, el austriaco J.A. Schumpeter.

Para este economista el progreso se basa en lo que él llama la destrucción creativa, es decir, la innovación constante. Cuando una empresa innova tiene un periodo de tiempo en el que disfruta del monopolio de ser la única del mercado que produce dicho bien. Las patentes constituyen, pues, un aliciente para la investigación y el progreso, y por tanto en este caso el monopolio temporal si estaría justificado. No obstante la pregunta está en ¿qué es patentable? ¿hasta dónde debe existir dicha protección? Existen dos casos actuales que seguro muchos de vosotros conoceréis.

  1. El primero es la magia de la compañía Nestlé que ha sabido reinventar el alimento más trivial que usamos todos los españoles diariamente y ha sabido darle un aire chic y distinguido. Efectivamente estoy hablando de la famosa Nespresso. Otras compañías han copiado la idea, pero ninguna como la empresa Sara Lee que ha sido la primera en atreverse a  realizar una réplica de las cápsulas de tal forma que quepan exactamente en la máquina de Nespresso. En principio no se trataría de una violación de la patente puesto que ésta sólo protege el diseño industrial (la estética de las cápsulas)  el diseño de Marcilla es transparente y ligeramente distinto en cuanto a la forma aunque se adapta perfectamente a cualquier máquina de café de Nespresso. [Guerra del café]

  1. El segundo ejemplo probablemente esté fuera del alcance de muchas de nosotras: se trata de la batalla legal Louboutin vs Yves Saint Laurent acerca de la exclusividad de la suela roja de los zapatos. Finalmente se ha fallado a favor de YSL permitiendo que todas las empresas que quieran empleen dicho color.

Con estos dos ejemplos quiero subrayar la importancia de que si bien la protección intelectual no es sólo buena sino necesaria para el progreso, en algunos casos dicha protección puede llegar a ser absurda e incluso un obstáculo para avanzar. Un color no puede ser protegido como un derecho de autor o una marca, una obra de Picasso si. Y lo mismo ocurre con el caso Nespresso. Técnicamente a este tipo de negocios se les llama vinculación de productos, o aftermarket. Consiste en la combinación de dos bienes, uno actúa como un el bien duradero y el otro es el suministro corriente, pero ambos son necesarios para cubrir la necesidad. Otro ejemplo de este tipo de productos son las impresoras y los cartuchos de tinta. Permitir que los productos de distintas compañías sean compatibles es un avance hacia la libre competencia. La competencia presiona los precios a la baja,  es beneficiosa para el consumidor y además constituye un aliciente para seguir innovando.

Indiscutiblemente la protección intelectual es necesaria, y por ello es objeto de protección a nivel internacional con el acuerdo TRIPS [trade-related aspects of intellectual property Rights]. Pero lo realmente difícil establecer dónde está el límite de lo “protegible”. La ley SOPA y la Ley Sinde suponen a mi parecer un atraso. Todo empresario sabe que la clave de los negocios está en la capacidad de adaptación y en la supervivencia. El paso del VHS al DVD, o de las cámaras analógicas a digitales son ejemplos de evolución [Caso KODAK]. 

Las Tecnologías de la Información y Comunicación TIC han permitido dar un salto cualitativo a muchos negocios. Han permitido el comercio online, evitar intermediarios en la planificación de nuestros viajes, permiten comparar precios rápidamente etc. Acercan el mercado hacia la libre competencia porque facilitan los flujos de información sin apenas coste, es decir reducen a la mínima expresión los costes de transacción que entraña la búsqueda de información; así pues son un avance incuestionable y por ello no deberíamos poner trabas a su evolución.



miércoles, 18 de enero de 2012

LA TASA TOBIN ¿VUELVE ROBIN HOOD?



Seguramente hayáis oído hablar de este impuesto en muchas ocasiones pero ¿qué es en realidad? Técnicamente se trata de una Tasa de Transacciones Financieras, aunque se le conoce también por Tasa Tobin porque fue propuesta por este economista en los años ’60.

El objetivo de esta tasa no es otro que el de frenar la especulación. Consiste en cobrar por cada transacción financiera un porcentaje de entre el 0.05% y el 0,1% sobre el total de la operación. De este modo los movimientos de los inversores no serían tan bruscos ni tan rápidos. Se pretende así sesgar las inversiones hacia unos objetivos de medio plazo en lugar del puramente especulador cortoplacista.

No obstante nos encontramos con uno de los efectos colaterales no deseados. Dificultar la rapidez en las operaciones mermaría las posibilidades de arbitraje en el mercado, que son precisamente las que aseguran la eficiencia de los mercados financieros. Por ello calibrar el porcentaje exacto de esta tasa es crucial, ni demasiado alto para obstaculizar la eficiencia, ni demasiado bajo para no ser útil en el freno de la especulación.

El otro lado de la moneda de dicho impuesto sería el recaudatorio, muy oportuno en esta situación de crisis de deuda que abruma a Europa. Hay que tener en cuenta que La Unión Europea tiene un presupuesto muy pequeño en comparación con su tamaño, un 1,24% del PIB de toda la UE frente al 40% de la media de los presupuestos nacionales. A esto habría que añadir que su autonomía financiera está bastante limitada. Sus principales fuentes de ingresos son
-          La aportación de los estados miembro en función de su PIB
-          El 0,3% de lo recaudado por el IVA en cada estado miembro

El problema es que se trata de recursos procíclicos (sujetos al ciclo económico vigente) que hacen que la aportación en tiempos de crisis sea menor, precisamente el momento en el que más necesitaría Europa disponer de recursos económicos. Así pues la Tasa Tobin mataría dos pájaros de un tiro por un lado frenaría la especulación y dotaría a la UE de un impuesto propio lo que reforzaría su autonomía financiera.

Pero entonces ¿Por qué existe tanto debate alrededor de dicha tasa? Simplemente por lo utópico de su pretensión, de ahí la expresión de Robin Hood “robar a los ricos (inversores)  para dárselo a los pobres” en teoría suena bien. El problema viene a la hora de implementarlo. Soy bastante escéptica acerca del resultado de su implantación en Europa. En un mercado globalizado y totalmente integrado como es el financiero la implantación de un impuesto de estas características lo único que haría sería desplazar las operaciones financieras hacia otros países donde no tengan que soportar dicha carga.

Creo que la Tasa Tobin es una buena idea en el papel y podría traer efectos positivos a nivel global (menos especulación y más recaudación para financiar el cambio climático por ejemplo o los Objetivos del Milenio 2015) pero la única forma de que funcione es mediante una coordinación a nivel global. Su implantación parcial únicamente cambiaría la dirección de los flujos de los inversores hacia otros países como por ejemplo hacia Inglaterra.